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Síndrome del Impostor

Impostora, mucho más que un libro de Elisabeth Benavent

En realidad el libro de Elisabeth Benavent del que hablo es el de la trilogía de Valeria. Para quien no haya visto la serie o leído los libros, Valeria es una escritora e Impostora es el título de su primer libro, en la ficción de la propia Benavent, que bien podría estar hablando de ella misma.

Y lo titula así porque la propia protagonista se siente como una Impostora en su propia vida. Literalmente, “impostor” significa:

Persona que finge lo que no es con habilidad y astucia.
Charlatán, farsante.

Diré también que una de las acepciones de una mujer astuta (y engañadora) es la de Zorra.

Vaya, que está mal visto que las mujeres tengamos habilidad y astucia, será que por eso nos sentimos como impostoras.

Impostoras cuando tomamos decisiones valientes o arriesgada.

Impostoras cuando trabajamos en un mundo de hombres…

Impostoras cuando tenemos que demostrar que somos capaces.

Porque, a ver si se van a dar cuenta de que en realidad, yo no sé “tanto”….

¿Cuánto es tanto? ¿Más o menos que el que tienes en frente? ¿Cómo sabes lo que sabe el que tienes en frente?

¿Qué es el Síndrome del Impostor?

El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico en el que las personas, a pesar de tener logros y habilidades evidentes, sienten que son unos fraudes y que en cualquier momento serán descubiertas como incompetentes. Este síndrome puede ser especialmente intenso para las mujeres neurodiversas que deciden romper con la tradición y emprender, ya que a menudo enfrentan obstáculos adicionales en su camino hacia el éxito.

¿Por qué afecta especialmente a las mujeres que emprenden?

¡Brujas, que las quemen!

  • Estigma y discriminación: La falta de comprensión y aceptación de la sociedad puede llevar a internalizar creencias negativas sobre sí mismas, alimentando así el síndrome del impostor.

  • Perfeccionismo: Muchas emprendedoras, neurodivergentes o no, tienden a ser perfeccionistas y a establecer estándares muy altos para sí mismas. Esto puede aumentar la presión y contribuir al sentimiento de ser un impostor.

Es como hacerse trampas jugando al solitario en las cartas. No hay nada como autoexigirse límites inalcanzables.

Consejos para superar el Síndrome del Impostor

1. **Reconoce tus Logros:** Es importante que reconozcas tus logros y te des crédito por tus éxitos, por pequeños que puedan parecer. Lleva un registro de tus logros y revísalo cuando necesites un recordatorio de tu valía.

2. **Cambia tu Diálogo Interno:** Trabaja en cambiar tu diálogo interno negativo por uno más positivo y compasivo. En lugar de decirte a ti misma que no eres lo suficientemente buena, recuérdate a ti misma tus fortalezas y capacidades únicas.

3. **Busca Apoyo:** No tengas miedo de pedir ayuda y buscar apoyo cuando lo necesites. Ya sea a través de un coach o una red de apoyo, tener a alguien que te respalde puede marcar una gran diferencia en tu camino hacia la superación del síndrome del impostor.

4. **Practica el Autocuidado:** Dedica tiempo a cuidar de ti misma y de tu bienestar emocional. El autocuidado es fundamental para mantener una mentalidad positiva y resistente frente a los desafíos que puedas enfrentar como emprendedora neurodivergente. Vamos, no te vuelvas loca al emprender de tal forma que te encuentres una vez más renunciando a tu bienestar.

5. **Celebra tus Diferencias:** En lugar de ver tu forma de ser diferente como un obstáculo, aprende a celebrarlo como parte integral de lo que te hace única. Reconoce que tus diferencias son tus superpoderes y úsalas para destacarte en tu camino emprendedor.

En conclusión, el síndrome del impostor puede ser un desafío real para las emprendedoras, pero no tiene por qué definir tu camino hacia el éxito.

Recuerda siempre que eres capaz, valiosa y digna de todo el éxito que te propongas. ¡Adelante, emprendedora valiente! ¡No esta sola! ¡Somos manada!

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